Hace dos años me di un verdadero atracón de Roth. Y me viene a la cabeza una imagen mía en Zahara de los Atunes con La Pastoral Americana envuelta en arena y sin pestañear. Otros títulos que me saben a verano son las novelas de William Boyd y Expiación de Ian Mcewan que leímos a la vez mi hermana y yo, y sobre el que luego manteníamos largas charlas.
El verano también es buena época para releer o retomar algún clásico. Todos los años, cuando paso unos días en casa de mis padres, en un pueblecito de Toledo, aprovecho para leer algunas páginas de Los viajes de Herodoto o Las mil y una noches. Y en verano he bebido las páginas de Stendhal o Jane Austen. Este año también tengo el propósito de releer algo de Albert Camus y de acometer La montaña mágica de Thomas Mann. Un mes de agosto comencé Rayuela y si hay una lectura para las tardes de agosto esa es El amor en los tiempos del cólera, una de las novelas más bonitas que se han escrito nunca.
Estos días estoy dudando. Las seiscientas páginas de Crónica del pájaro que daba cuerda al mundo viajarán en mi maleta. Pero no sé si echar alguna de las novelas de Roth que tengo pendiente. Como dice María Galán, tal vez sea mejor olvidarla en casa y comprarla en algún lugar si así me place.
Y las tertulias literarias con los amigos, compartir puntos de vista...
¿Qué leéis en verano? ¿Cómo seleccionáis?