jueves, 31 de marzo de 2011

LA SECTA DE LOS EGOISTAS DE ERIC-EMMANUEL SCHMITT


Historia de un filósofo del siglo XVIII que aseguraba ser el creador del mundo.

Un joven estudioso descubre en la biblioteca, en un paréntesis momentáneo que roba a la preparación de una tesis, la existencia de un filósofo que obtuvo cierta repercusión en los salones parisinos del siglo XVIII por afirmar que todo lo que existía era producto de su imaginación. Gaspard Languenhaert, joven procedente de Holanda, guapo y rico, fundará la Secta de los Egoístas que no tendrá demasiado éxito ya que su afirmación de ser el creador del mundo será respondida inmediatamente por todos los asistentes a la presentación que se pelearan por atribuirse esa autoría. El joven estudioso recorrerá Francia e incluso viajará a Holanda en busca de nuevos datos sobre Gaspard, sobre su pensamiento y la historia de su vida. Una novela sobre el egoísmo como una forma de asesinato del otro que no carece de sentido del humor. "El humor es para mí tomar distancia respecto a las ideas, jugar con las ideas, hacerlas ridículas, mostrar lo absurdas y lógicas que pueden llegar a ser", dice Schmitt. En la web del escritor, también en español, podéis bucear en la obra e intereses de Schmitt.
 La secta de los egoístas es según Schmitt "una novela filosófica paradójica porque no está consagrada a una sabiduría filosófica sino más bien a la locura filosófica". Todos hemos dudado de la realidad de lo real, sabemos que nuestros sueños, por muy vividos que los creamos, no son más que una ilusión que se rompe al despertar, esas certidumbres llevan al protagonista de la novela de Schmitt a formular su teoría, "el solipsismo me parecía ineludible, una doctrina según la cual el mundo, soñado o vivido, no es más que la suma de sensaciones subjetivas, que nada me asegura su materialidad, que no hay otro entramado que el mental, que sólo existe en mí y por mí".
Todos los grandes filósofos de la conciencia, de Descartes a Husserl, han atravesado por momentos de solipsismo. Todos lo han superado para reencontrarse con la realidad del
mundo. El solipsismo se inscribe en la historia de la filosofía como una etapa rápidamente contradicha, como un error. No hay oficialmente filósofos solipsistas. Pero en sus lecturas, Eric-Emmanuel Schmitt descubrió a Gaspard Languenhaert que llegó a esta teoría y quiso crear una escuela filosófica imposible y murió de una sobredosis de opio a los 33 años, y con lo poco que pudo averiguar sobre él y lo mucho que imaginó construyó esta curiosa y reflexiva novela

Eric-Emmanuel Schimitt es el autor dramático vivo más famoso de Francia. Dramaturgo, ensayista, director de cine y guionista, es autor de la deliciosa Odette Toulemonde y otras historias que él mismo dirigió en el cine, una película sobre la felicidad y protagonizada por Catherine Frot y Albert Dupontel y de El señor Ibrahim y las flores del Corán de la que François Dupeyron realizó una maravillosa película protagonizada por Omar Sharif.

"De niño soñaba con ser cineasta, deseaba hacer más tarde películas de cine mudo en blanco y negro y entrecortadas, como esas bobinas de Chaplin o Keaton que proyectaba en el muro de mi habitación con el proyector familiar. Luego las palabras y las frases se cruzaron en mi camino, las recogí, las utilicé y la literatura se convirtió en mi manera de expresarme. Feliz de esta manera, había olvidado mis primeros deseos, me propusieron pasados los cuarenta coger una cámara para contar historias. No fue el adulto el que aceptó si no el niño de diez años quien, en mi interior, esperaba desde siempre su turno".
He escrito siempre novelas y relatos, sin embargo, al contrario que con las obras de teatro, tardé mucho en componer un texto que juzgase publicable. Mientras que paradójicamente el teatro me hacía feliz imponiéndome sus limitaciones, la novela me ofrecía una libertad que me atemorizó durante mucho tiempo. ¿Por qué garabatear 300 páginas en lugar de 100 ? ¿Describir hasta donde ? ¿ Qué punto de vista adoptar ? Afortunadamente los personajes de mis libros me forzaron : se impusieron, me obligaron a escucharles, a redactar su historia durante meses, a trabajar para ellos. Gracias Pilatos, gracias señor Ibrahim, gracias Oscar. En cuanto a Adolf Hitler, lo siento, aunque aprecie realmente La Part de l’autre, el libro que me inspiró, no entra dentro de mis costumbres darle las gracias… »

miércoles, 30 de marzo de 2011

PIERRE MOURGUE

El observador de la vida

Pierre Mourgue debió nacer con el cambio de siglo, quizás en torno a 1890 en Francia. Comenzó a destacar en la primera revista de moda del país vecino La Gazette du Bon Ton. Cuando Conde Nast compró La Gazette en 1920, algunos de los ilustradores de esa publicación como Mourgue comenzaron a trabajar en Vogue.
Pierre Mourgue aportó un aire parisino al Vogue americano. Muy influenciado por Pierre Brissaud, el ilustrador del Art Deco, en su gusto por la mujer bonita y moderna, que movía las caderas y con ello sus faldas, fue uno de los más apreciados de su época por diseñadores y revistas.
La obra de Pierre Mourgue destila glamour y fina ironía, me gustan especialmente esas chicas esbeltas, deportistas y elegantes que retrata.
¿Qué os parece Pierre Mourgue? Contemplando su obra percibo muchas influencias de Mourgue y los pioneros de La Gazette du Bon Ton en los ilustradores actuales.

lunes, 28 de marzo de 2011

CON MUCHO ESTILO

Michelle Obama
"Mujeres usad lo que os guste. Es todo lo que puedo decir. Ese es mi lema"
Michelle LaVaughn Robinson, Michelle Obama, es una de las mujeres más admiradas del mundo. Desde su llegada a la Casa Blanca ha demostrado poseer un estilo propio que expresa perfectamente su manera de ser. Atractiva, inteligente y cercana se ha convertido en un referente para muchas mujeres en todo el planeta. Es, como dice la periodista americana Kate Betts, una mujer segura de si misma que se permite ser arriesgada y lúdica con su vestimenta. La primera Dama norteamericana destila estilo e inteligencia, a partes iguales.
Michelle aparece siempre perfecta con esos vestidos que realzan su figura. Cardigan, cinturones anchos, vestidos con vuelo estilo años 50 ajustados a la cintura y en ocasiones sin mangas, perlas, grandes broches, colores vivos o estampados, que tan bien sientan a su color de piel, son algunos básicos de su armario.
La ropa que luce refleja su personalidad y resalta su atractivo. El estilo es importante, pero Michelle nunca habla de eso. Ante las críticas sobre sus elecciones a la hora de vestir, la Primera Dama afirma usar lo que quiere. Ahí radica su fuerza. Es la mujer del Presidente pero nunca un adorno que él lleva a su lado, como otras primeras damas, ella destaca y su presencia no pasa desapercibida.
La periodista americana Kate Betts, ex editora de Harper's Bazaar y colaboradora de Time, autora de Every Day Icon: Michelle Obama and the Power of Style presenta a la Primera Dama como un icono cotidiano que ha crea sus propias reglas y una nueva etiqueta. Además destaca el impulso que Michelle ha dado a la industria textil estadounidense. Cuando ella luce una prenda inmediatamente se agota.  Para Betts la señora Obama es discreta e innovadora, arriesgada e inteligente y poseedora de un estilo propio que ha aportado frescura a la Casa Blanca.


 
  Michelle se atreve con casi todo. Elige diseños de creadores jóvenes como Isabel Toledo, Narciso Rodrígez, Thakoon o Jason Wu.
 
 "Mi mejor amiga en los últimos 16 años, la piedra fundamental de nuestra familia, el amor de mi vida", así la presentó su marido, Barack Obama, quién afirmó que siempre hacía caso de lo que ella le decía porque siempre tenía razón.
¿Qué os parece Michelle Obama?
¿Es importante la imagen de la mujer de un Presidente de Gobierno?
 
Black Arrow Nivel 8 12/12/09