Stella Gibbons afirma en el prólogo de La hija de Robert Poste que la obra es un azote humorístico dirigido a las novelas románticas y al agobiante pesimismo rural que es propio de alguna de ellas. La obra despliega desde su inicio un elenco de personajes estrambóticos y raros que hacen las delicias del lector. Flora Poste, la heroína de esta novela, se queda huérfana a los diecinueve años y sin fortuna. Decide utilizar su voluntad de hierro, heredada de su padre, y sus bellas pantorrillas, iguales a las de su difunta madre, para salir de la coyuntura sin tener que trabajar. Escribe a todos sus pariente vivos para pedir techo. Casi todos responden escurriendo el bulto, excepto los Starkadder que habitan en una Granja de Sussex, Cold Comfort. La pizpireta joven pone rumbo a la granja de los parientes cargada de buenas intenciones y unos fantásticos libros de autoayuda que serán su brújula, todos inventados por Gibbons, como el volumen titulado El sentido común de índole superior o los Pensées. Las ideas que la protagonista extrae de estos libros son otra de las cosas que más sonrisas me han provocado. Porque flora Poste tiene un plan. La entremetida joven pretende solucionar la vida de todos ellos y escribir una novela. No será fácil, porque los parientes son la familia más rara del mundo.
Una novela deliciosa llena de ironía y sentido del humor con la que nos trasladamos a esa destartalada granja repleta de curiosos seres con extrañas costumbres y en la que asistimos a los progresos de Flora en su afán de poner todo patas arriba y cambiar el estado de las cosas. En el prólogo Stella Gibbons se dirige a un escritor de su invención, que algunos identificaron como Hugh S. Walpone, y le dice que ha señalado con distintos asteriscos los pasajes, por ejemplo uno para los "elegantes y literarios". La hija de Robert Poste es una demoledora novela, donde nadie se libra de la ironía de la autora que hace una mordaz caricatura de la sociedad y la literatura de los años treinta.
Stella Gibbons nació en Londres en 1902 en el seno de una familia de clase media urbana. Su padre era doctor en los barrios pobres de la ciudad, aficionado al láudano y el alcohol. La joven recibió la típica educación femenina de la época, y posteriormente decidió matricularse en periodismo. Trabajó en el Evening Press y comenzó a escribir poemas. Una parte de ellos se publicaron en el libro The mountain Beast que recibió los elogios de Virginia Woolf. La publicación de La hija de Robert Poste que fue todo un éxito, le reportó dinero y premios. Diecisiete años después Gibbons retomaría a la resuelta y entrometida Flora Poste en un nuevo libro Flora Poste y los artistas, que aún no he leído.
La edición de La hija de Robert Poste en España ha sido todo un éxito. La editorial Impedimenta publicará nuevas obras de Stella Gibbons, entre ellas Nigntingale Wood de 1938, un moderno cuento de hadas.
La novela fue llevada a la pequeña pantalla en 1968 y en 1995 de nuevo bajo la dirección de John Schleringer. En esta última versión, cuyas fotos ilustran la entrada, la díscola y entrometida Flora estuvo interpretada por Miriam Margolyes, a la que acompañaban Rufus Sewell, Ian Mckeller, Joanna lumley, Kate Beckinsale y Fredie Jones.