DIVAS, MUSAS Y MALDITAS: NAHUI OLIN

Pintora y modelo mexicana, ser excepcional, considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo. Olvidada durante décadas, su figura y su arte son objeto de reflexión en los últimos tiempos.

"Nahui Olin parece emerger del olvido y del polvo moralista que la cubrió para revelarse como personaje autónomo, cuya vida influenciada por el entorno cultural del México postrevolucionario en pleno renacimiento, que aglutinó una fuerte participación femenina tras bambalinas", señala de ella la periodista Adriana Malvido en su libro Nahui Olin. La mujer del sol (1966). La vida y la obra de esta pintora ha sido objeto de numerosos estudios y exposiciones en los últimos años gracias a los libros de Tomás Zurián y Adriana Malvido o  Elena Poniatowska.  Nadia Ugalde escribe "Artista, modelo, ser excepcional: mujer. Nahui Olin fue una de las figuras más enigmáticas del ámbito cultural del México de la primera mitad del siglo XX."

Poseedora de una presencia inquietante y de una poderosa belleza Nahui Olin se llamaba María del Carmen Mondragón Valseca y era hija  del aristocrático General porfirista Manuel Mondragón. La familia vivió unos años en Francia donde Carmen comenzó a ir al colegio y a escribir. Tenía unos inmensos ojos verdes y era una niña despierta e inteligente, a los diez años anotó en su cuaderno: "la ilusión es una enfermedad de los débiles y el amor es creación...y amor". Estudió música y pintura y a su regreso a México se matriculó en es exclusivo Liceo Francés. En un baile conoció al apuesto cadete Manuel Rodríguez Lozano con el que pronto se comprometió y contrajo matrimonio. La pareja era muy hermosa y todo parecía como en un cuento de hadas, pero parece que Carmen adivinó que él era homosexual e intentó cancelar la boda que, finalmente, se celebró. Se instalan en Europa pero la pareja no se lleva bien,aunque se soportará durante ocho años. A su regreso a México Carmen entra en contacto con los círculos artísticos, haciéndose amiga de Tina Modotti, Frida Kahlo y Diego Rivera.

Carmen posará para fotógrafos y pintores y los desnudos que de ella hizo el fotógrafo Edward Weston causarán un gran escándalo cuando sean expuestos. La escritora Elena Poniatowska dice de ella "es el ser incomprendido que decide con una entera y sostenida convicción, emprender un viaje sin retorno hacía una vida confinada al arte e impregnada de la fresca marca de su originalidad". Carmen se convierte en una exploradora del arte y ante los ojos de la sociedad muestra una desfachatez que los pacatos convierten en escándalo. Ella es libre, loca, sensual, moderna, rebelde, y es la primera mujer en México que usa minifaldas. "Poderosa por libre, se derrama a sí misma sin muros de contención", escribe Poniatowska.

En una fiesta conocerá al pintor Gerardo Murillo, Dr. Alt. Aunque le doblaba la edad, Nahui abandona a su marido y comienza una relación con el pintor, él será quién le cambie el nombre por Nahui Olin, un nombre relacionado con los ciclos vitales del sol. La pareja mantiene una relación intensa y apasionada, jalonada de celos por las supuestas o ciertas infidelidades de él. Se suceden los altercados, las discusiones y una noche ella le apunta con una pistola. Finalmente Nahui le abandona. Mientras sigue posando para los murales de Diego Rivera y pintando. Tuvo muchos novios pero a nadie amó tanto como al capitán español Eugenio Agacino. Durante el tiempo que estuvo con él su pintura se transformó se hizo más colorista y alegre , era feliz y estaba enamorada. Pero Eugenio murió de repente y Nahui se volvió loca de tristeza.

 Expuso pero su obra no obtuvo los éxitos esperados. Para subsistir comenzó a impartir clases de pintura y dibujo, y debido a su problemas mentales sus amigos comenzaron a huirla. Sólo el doctor Raoul Founier permaneció a su lado e intentó ayudar a Nahui hasta el final. Dormía abrazada a una sábana en la que había pintado el retrato de Eugenio, y vagabundeaba por las calles ofreciendo comida a los gatos, a los que se dirigía en francés. En 1978 murió y su figura y su obra permanecieron en el olvido durante décadas.

En 1993 gracias a una exposición se volvió a hablar de Nahui Olin y de su obra. "Las palabras más cercanas para nombrarme son Nahui Olin - escribió ella- nombre cosmogónico, la fuerza, el poder de movimiento que irradia luz. En azteca,el poder que tiene el sol de mover el conjunto que abarcan sus sistemas". Como dice la periodista Adriana Malvado Nahui Olin ha nacido de nuevo para ya no morir nunca.