DORA KALLMUS

Dora Kallmus conocida con el nombre de Madame D'Ora fue una fotógrafa austríaca que destacó en los años veinte, treinta y cuarenta por sus refinados retratos de artistas, bailarinas, escritores

 Dora Kallmus pertenecía a una prestigiosa familia judía de Viena. Fue la primera mujer admitida en el Instituto de Formación Gráfica de Viena y en pertenecer a la Sociedad Fotográfica de la ciudad. Durante sus estudios en los talleres de los prestigiosos fotógrafos de la época conoció a Arthur Benda con el que creó un estudio de fotografía llamado Benda Studio D'Ora en el que comenzaron a retratar a la alta sociedad vienesa y a los artistas.

 Su popularidad fue creciendo y en 1924 abrió otro estudio en París. A la capital francesa se trasladó y allí se hizo mundialmente conocida por sus fotografías de las artistas, los pintores, los escritores y la moda. Fotografío a la pintora Tamara de Lempicka, a Coco Chanel, Josephine Baker, Colette, Maurice Chevalier, Niddy Impekoven o Anna Pavlova.

 Cuando los alemanes invadieron París se marchó al campo a un convento y no regresó hasta que la ciudad fue liberada para reabrir su estudio. El 1959 sufrió un accidente de automóvil y se quedó inválida, pero siguió trabando hasta que murió en 1963 en Austria.

 Sus fotos son refinadas y poseen una luz mágica. Sus vibrantes retratos de los artistas e intelectuales de los años veinte son un testamento de la Europa cultural, pero también son un referente sus fotos de moda y danza.

Según los expertos las instantáneas de Dora Kallmus tienen un estilo muy personal que la artista conseguía aplicando una lente que conseguía un efecto esfumado de los contornos, sus composiciones recordaban al pictorialismo, una técnica que estuvo muy en boga desde finales del XIX hasta la primera Guerra Mundial. el pictorialismo supone hablar de una imagen más dentro de lo existente, de una imagen simple captada/separada de un mero registro de la realidad. Las fotografías de Dora desprendían un halo de misterio, parecían mágicas y rebosaban glamour.

Dora Kallmus abandonaría esa técnica años después, y en otro período buscó temas menos bellos y mágicos, saliendo a la calle a fotografiar cloacas e incluso mataderos, pero sus naturalezas muertas, a pesar de la sordidez del tema siempre tenían un halo poético.