Gunter Wallraff vuelve a infiltrarse para sus denuncias periodísticas

¡Gunter Wallraff ha vuelto a las andadas! La editorial Anagrama acaba de publicar Con los perdedores del mejor de los mundos lo nuevo del periodista alemán. Después de una grave enfermedad parecía que no volvería a infiltrarse para realizar esos magníficos reportajes en los que denunciaba los problemas que padecen los colectivos más débiles de la sociedad.  En este libro se recogen los últimos reportajes del periodista que, esta vez, se ha disfrazado de indigente y emigrante para denunciar como trabajan a destajo los sin papeles y como son los albergues para ellos en las grande ciudades. Por lo visto con sus denuncias ya ha conseguido que se cierren varios por malas condiciones y que se investigue a un despacho de abogados que cobra 350 euros la hora por asesorar a empresarios para desarticular a sus sindicalistas.

Gunter Wallraff saltó a la fama cuando se infiltró en el diario sensacionalista alemán Bild Zeitung en 1977 tres meses y medio. Tras su paso por el diario inició una serie de reportajes en los que denuncio las mentiras y los métodos de la redacción de este periódico, un hecho que ya había señalado su amigo el escritor Heinrich Bol en la novelal El honor perdido de Katharina Blum, en 1974. La publicación de estos reportajes y el libro El periodista indeseable hicieron que la poderosa editora de la cabecera alemana el grupo Axel Springer interpusiese diversas denuncias contra Wallraff. Después llegaría Cabeza de turco que narraba sus experiencias como emigrante turco en Alemanía. Wallraff se hizo pasar en este caso por un emigrante turco que desempeñaba diversos trabajos y denunciaba la explotación empresarial, la marginación, el racismo y el odio al otro de la sociedad alemana. Wallraff no es precisamente un periodista cómodo para el poder, como podéis imaginar. Siempre me ha fascinado la forma de entender el periodismo de este hombre.

“La globalización ha empeorado tanto la situación laboral que la ha llevado a un estadio de precapitalismo; sólo por eso valía la pena volver” , afirma Wallraff que dice no poder dejar de infiltrarse, "no sé hacer periodismo de otro modo, es una obsesión y una autorrealización para mi: necesito sentir en carne propia lo que escribo”. Ahora quiere infiltrarse en el extremismo islamista europeo. “No podemos convertir el radicalismo islamista en un tabú para una izquierda que debe aprender de los errores de la guerra fría, cuando se permitió el abuso de los derechos humanos en el este”.

¡Estoy deseando leer lo último del periodista indeseable! ¿Habéis leído algo de ´Wallraff?