El fotógrafo barcelonés, Josep Brangulí, inicia una saga de fotógrafos a la que se sumaron sus hijos Joaquím y Xavier. La Fundación Telefónica de Madrid ha prorrogado una exposición sobre la obra de estos artistas que muestra el archivo de la familia adquirido por la Generalitat de Cataluña en 1992.
Esta semana he visitado la exposición con mi amiga Lola, y ambas disfrutamos mucho con las imágenes salidas de la cámara de Brangulí. Josep, se inició en la fotografía a finales del siglo XIX y continúo desarrollando su trabajo hasta su muerte a mediados de los cuarenta del siglo XX. Trabajó para las revistas catalanas Cu-Cuti, La Hormiga de oro, La Ilustración Española y Americana y Nuevo Mundo. A partir de 1910 también colabora con la prensa diaria, especialmente con La Vanguardia, el Diario de Barcelona, La Tribuna, La Noche, El Noticiero Universal y Le Miroir du Monde. También fue corresponsal de Prensa Española en Barcelona.
(Aspirantes a Mis Europa en la playa de Barcelona)
Aunque trabajó como fotoperiodista Josep Brangulí es mucho más que un retratista de la actualidad. En esta muestra se puede admirar la variedad temática de sus fotos. Fue fotógrafo industrial, de comercio y de la arquitectura de su época. Sus fotos nos enseñan el paisaje de la Cataluña que le tocó vivir, sus cafés, sus teatros, sus fábricas, sus iglesias o las obras públicas que se construían (el metro o la instalación de alumbrado).Brangulí retrato todos los cambios y transformaciones que experimentaba su ciudad, y también sus barrios con los habitantes que los poblaban,
"En las distintas series de la muestra vemos una similitud en la posición del fotógrafo como observador que se ensambla a la perfección con la escena cuando esta se trata de fotografía de arquitectura, industria, las calles vacías de la ciudad o la misma noche. La distancia le permite componer en una especie de observación metafísica", apuntan Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, comisarios de la exposición.
Nada parece fuera de lugar, como si la escena se hubiese preparado, pero están las miradas de esos personajes retratados, sus caras nos indican la alegría, la tristeza y la tensión del momento. Algunos miran descaradamente al fotógrafo y otros parecen olvidarse de que alguien se dispone a inmortalizarles.
Brangulí sobrevivió a la Guerra Civil y continuó mostrando las transformaciones que experimentaba su ciudad. Lo peor de esta exposición es la sala que se convierte en un laberinto para el visitante, y la falta de suficiente luz.
Dos ejemplos de esas miradas son estas instantáneas en las que dos niñas miran al fotógrafo, se quedan pegadas a su cámara, y sus ojos nos transmiten curiosidad y algo de coquetería.
6 comentarios:
No conocía a esta fotógrafo , me han gustado en especial las fotos en traje de baño, siempre me fascinaron este tipo de fotos. Un saludo! (y q suerte poder ver una expo d él!)
A mí me apasionan las fotografías de piscinas, mar, trampolines, nadadores, por eso las he destacado. La verdad yo tampoco conocía a Brangulí hasta que ví su exposición anunciada. Merece la pena.
Besitos
Las fotos finales con las dos niñas mirando a la cámara son preciosas. Las niñas tan lindas, deliciosas. Y las arquitectónicas también me parecen muy buenas
Besos
Ana
La foto de los leones y el locutor es muy buena, y también las de las chicas en el coche o la de las mises en la playa. A mí me gusto mucho esta exposición, ya te había dicho. Me alegro de que finalmente hayas ido a verla.
besitos
Me gustó mucho la exposición. Pero la sala era muy oscura, tienes razón, y un laberinto seguir el recorrido. Hubo salas que recorrí varias veces. Las fotografías de comercios y fábricas son curiosas, hay algunos que parecen trabajar pero otros miran descaradamente a la cámara. Y hay muchos niños en fotos de fábricas en construcción, no sé si los ponía Brangulí.
He visto anunciada la exposición pero no sé por qué aún no he ido a verla. después de ver estas imágenes creo que me acercaré
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