Peter Beard

De Peter Beard me atraen dos cosas: su vida aventurera y su obra que me parece cargada de fuerza. Beard nació en Nueva York en 1938 y se interesó muy joven por la fotografía. Tras su paso por la Universidad de Yale decidió visitar África donde leyó Memorias de África de Karen Blixen. La lectura le hizo desear conocer a la baronesa danesa pero le dijeron que no recibía a nadie que tuviese relación con África porque le traía recuerdos dolorosos. Beard le mandó una muestra de sus trabajos fotográficos y consiguió entrevistarse con Blixen. El fotógrafo le hizo un retrato y ella afirmó que le recordaba a su gran amor Denys Finch Hatton. Cuando se marchaba Karen le dio una carta para Karmante, su mayordomo en Kenia. Peter buscó a Karmante y de sus labios oyó las mismas historias que contara la danesa en su famoso libro. Después cuando Beard se instaló en África en su rancho Hog Karmante se convirtió en su mayordomo.

Juerguista, bohemio, mujeriego, valiente y personal Peter Beard ha hecho una relato de la historia de África a través del siglo XX en sus libros, diarios, composiciones y fotografías. Por su cámara han pasado elefantes, rinocerontes, tierra, vida y muerte, mujeres bellas, personalidades como John Kennedy, Francis Bacon, Andy Warhol o Dalí, e iconos como Marilyn Monroe. Algunos le pintan como un cruce moderno entre Lord Byron y Tarzán.

Sus libros publicados por Taschen son una maravilla visual, pero también una buena forma de acercarse al continente. Escribe sobre el África colonial, Karen Blixen, los primeros cazadores, los safaris, los conservacionistas, los misioneros, los aventureros o los años de las terribles muertes de elefantes en el gran Tsavo.

Peter Beard ha vivido fascinado por los elefantes. En su libro The end of the game aparecen unas fotografías aéreas sobre os cadáveres de elefantes muertos y en descomposición debido a la sequía de los años 70 en Tsavo. Los somalíes sólo tenían que recoger el marfil de los animales muertos. Posteriormente esto provocó un aumento de los cazadores furtivos que abastecían el mercado negro.

Hace unos años el fotógrafo fue embestido por un elefante. "Me acerqué demasiado¨ afirmó Beard. Acabó en el hospital con diversas fracturas y a punto estuvo de no contarlo. Es el peligro de confiarse ante un animal salvaje.