jueves, 23 de septiembre de 2010

Plaga de palomas de Louise Erdrich

"La libertad imaginativa de Louise Erdrich ha llegado a su cenit. Plaga de palomas es su deslumbrante obra maestra", Philip Roth.
Coincido plenamente con Roth, Plaga de palomas es una joya literaria y su autora Louise Erdrich una de las plumas más interesantes de la literatura actual.
La novela parte de un hecho real sucedido en Dakota del Norte en 1897, el asesinato de una familia blanca por el que fueron condenados unos hombres de raza india. A partir de este drama la autora construye la historia de los protagonistas de aquel suceso y de sus descendientes que habitan en el pequeño pueblo de Pluto. Las relaciones que se establecen entre ellos a lo largo de los años, sus historias y los recuerdos que han heredado, todo ello narrado con esa mezcla de gravedad y sentido del humor tan propio de la autora. La historia como todas las suyas siempre tiene una doble o triple lectura, abundan esos personajes mágicos y entrañables, los problemas de convivencia entre blancos e indios y el amor a la música que parece redimir a muchos de ellos.
Así empieza Plaga de palomas:
Un sólo de violín.
El arma se encasquilló en el último disparo y el bebé permaneció de pie, agarrado al borde de la cuna, berreando con los ojos desorbitados. El hombre se sentó en una butaca tapizada y empezó a desmontar el arma intentando averiguar por qué no había disparado. El llanto del niño le sacaba de quicio. Dejó el arma y miró a su alrededor en busca de un martillo; en su lugar descubrió un gramófono. Se acercó. Ya había un disco en el plato, de modo que dio vueltas a la manivela y bajó la aguja. Regresó a su butaca y reanudó el trabajo mientras la música inundaba la habitación. El bebé se calmó. Un celestial sólo de violín a la mitad del disco hizo que el hombre se detuviese, con las piezas de arma entre las manos. Cuando la música acabó, se levantó, volvió a darle cuerda al gramófono y puso de nuevo el disco. Repitió aquella operación tres veces. El niño se durmió. El hombre reparó el arma y la bala se deslizó suavemente en la recámara. Lo comprobó varias veces, se levantó y se acercó a la cuna. El violín alcanzó un crescendo de una extraña armonía. Alzó el arma. El olor a sangre freca impregnaba la habitación cerrada.
Una vez que inicias este libro no puedes parar, por sus páginas va transcurriendo este historia que avanza del pasado al presente y viceversa, en la que nos cuentan historias de los ojiwas, de los primeros pioneros que se abrieron paso en los territorios del norte luchando con el frío, historias de familias y de sus secretos. La literatura de Erdrich se ve y tal vez por eso no puedes parar, y así te sientas a escuchar las historias del Mooshum de la narradora, cuando narra como conoció a la que sería su mujer en una procesión para echar de las tierras a una plaga de palomas, horas después se fugaban juntos. "Se veían el alma- cuenta la narradora sobre la pareja fugada- por eso los nombres eran irrelevantes". Escaparon juntos y ambos decidieron no tener nombre por un tiempo. ¡Magnífica Plaga de palomas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Había oído hablar del libro en la radio a la editora de Siruela.
Me lo apunto.
Ana

mariagalan dijo...

Creo que con ese principio no me va a gustar.....ya me lo cuentas, pero que no, que no lo leo.... ¿de verdad lo recomiendas????
Bss preciosa!!!!y gracias por tu felictación....

isabelnotebook dijo...

El principio es duro pero la novela no sigue esa tónica es maravillosa, y como en la vida tiene momentos para todos los gustos, de verdad es fantástica.

 
Black Arrow Nivel 8 12/12/09