El domingo me dejé caer por La Dolores, una cervecería-taberna clásica de Madrid. Hacía tiempo que no saboreaba sus ricos pepinillos rellenos de anchoa y boquerón, sus canapés y esa cerveza que saben tirar como nadie. ¡Daban ganas de ponerse a llorar por tanta sabiduría gastronómica!
Un placer que permanecía adormecido en mi memoria y que he recobrado. Un clásico que nunca defrauda y que siempre está ahí en un hueco junto a los buenos recuerdos.
4 comentarios:
Mira, pues ahora mismo me voy a tomar una cervecita a una abacería que hay aquí al lado, que se me ha hecho la boca agua con lo que has dicho!!! He percibido el sabor de los pepinillos con anchoas y boquerón!!
Dios! que ricos!!!
Bsss
¡Apetece verdad!
¡Disfruta!
No se si lo leerás, pero me acuerdo una vez al salir de la Dolares contigo y una ambulancia nos embistió de pronto...cuidate y espero que volvamos de nuevo juntos para saborear esa cerveza fantástica.
Dejaremos pasar todas las sirenas y tranvías.
Un beso
jajaja
Claro que me acuerdo. Por culpa de ese juicio me convertí en perjura.
Besitos
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